España presenta una de las tasas más bajas de la Unión Europea en educación financiera entre los más jóvenes. Los últimos informes PISA revelan que los jóvenes entre 12 y 18 años tienen menor comprensión de conceptos básicos a nivel financiero que los jóvenes de otros países, especialmente de aquellos que residen en las economías más prósperas. Pese a ciertos avances en la introducción de esta disciplina en la educación secundaria, el problema entronca con otros más profundos en el modelo educativo español, especialmente las altas tasas de abandono escolar temprano.

El Instituto Santalucía, plataforma de investigación y debate de Santalucía Seguros, cuyo objetivo principal es fomentar el debate sobre el problema del ahorro sostenible, ayudar a las personas a entender sus decisiones financieras y promover la colaboración colectiva para cambiar las actitudes de los consumidores hacia el ahorro a largo plazo, nos pidió un enfoque nuevo para generar una campaña de concienciación en España acerca del impacto que tiene sobre el futuro de las personas y el desarrollo económico y social del país que los jóvenes salgan al mundo adulto con bajas tasas de educación financiera.

Debíamos llegar a medios de comunicación, entorno institucional, jóvenes y familias para comprender la realidad actual y concienciar sobre la necesidad de impulsar, dentro del sistema educativo y familiar, la adquisición de sólidos conocimientos económicos y financieros que ayuden a las personas a tomar decisiones basadas en el conocimiento y la información.

Nuestra aproximación se basó en la idea de crear el primer documental en España en materia de Educación Financiera. Una idea que, además, nació de la exploración de nuestro equipo de contenido. Una historia que nace a raíz de un tweet de Ramón Castro, profesor de Economía del IES Fernando de Mena, en Socuéllamos, Ciudad Real. Los protagonistas de esta historia son Ramón, sus alumnos y familias, que junto con otros expertos nos ayudan a entender cuál es el problema en origen para que España y, especialmente sus jóvenes, tengan uno de los índices de conocimiento financiero más bajos de Europa.

El documental fue ideado y rodado entre enero y junio de 2021, cuando aún seguían vigentes muchas de las restricciones sociosanitarias más duras de la pandemia de la COVID19, y en su producción también se presentó como desafío adicional que supusiese en sí mismo un ejercicio de control y eficiencia financiera, creándose con solo 25.000 euros de presupuesto. Su presentación supuso un rotundo éxito, con más de 500.000 visionados en redes sociales y más de 90 apariciones en medios de comunicación.